miércoles, 6 de julio de 2011

6 Julio 2011

Tocar una vida

Anne Cetas
LEA: Gálatas 6:6-10
No nos cansemos, pues, de hacer bien… —Gálatas 6:9
Biblia en un año:
Job 32–33
Hechos 14
A mi amigo Dan, que estaba a punto de graduarse de la escuela secundaria, le pidieron que diera el discurso de despedida. Tenía 15 minutos para compartir cómo había llegado hasta su último año de estudio y para agradecer a quienes lo habían ayudado en ese proceso.
Eché un vistazo por el salón antes de que él empezara a hablar. Había toda clase de personas: familias jóvenes, profesores, amigos, líderes de la iglesia y entrenadores. Comenzó mencionando cómo había impactado su vida cada persona. Una mujer había sido «como una tía, siempre presente». Un hombre de treinta y tantos años «solía compartirle de la Biblia y aconsejarlo». Otro le había «enseñado sobre la disciplina y la dedicación al trabajo». Un amigo de la iglesia lo había «llevado al entrenamiento de fútbol todos los días» porque su madre no podía. Una pareja lo había «tratado como si fuera su propio hijo». ¿Algo en común? Sí, todos eran creyentes sencillos que se habían ocupado de marcar una diferencia en su vida.
Pablo lo denominó hacer «bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe» (Gálatas 6:10). Podemos ayudar a moldear la vida de una persona demostrando nuestro interés y actuando en consecuencia. Y, tal como sucedió con Dan, cosechar los frutos (v. 9).
Mira a tu alrededor. ¿Hay alguien cuya vida necesita de tu toque?
Haz todo el bien que puedas, como puedas, para todos los que puedas, mientras puedas.

lunes, 27 de junio de 2011

Realmente sediento

27 Junio 2011

Realmente sediento

Cindy Hess Kasper
LEA: Salmo 42
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. —Salmo 42:1
Biblia en un año:
Job 8–10
Hechos 8:26-40
¿Alguna vez tuviste una sed terrible? Hace unos años, visité a mi hermana Kathy en Mali, África Occidental. Una tarde, mientras hacíamos un viaje de turismo, la temperatura subió a más de 40 ºC. Muerto de sed, le dije: «Oye, necesito beber algo». Cuando Kathy me dijo que se había olvidado de llevar una provisión de agua filtrada, comencé a desesperarme un poco. Cuanto más seguíamos viaje, tanto más me preguntaba cómo sería en realidad morirse de sed.
Por fin, Kathy dijo: «Ya sé dónde podemos ir», mientras se dirigía hacia la entrada de una embajada. Una vez adentro, me encontré con el paisaje más maravilloso: ¡una máquina expendedora de agua fresca! Tomé uno de los vasitos de papel y lo llené una y otra vez. Mi cuerpo había estado privado de agua durante demasiado tiempo y entonces requirió mucho líquido para revertir los efectos de la deshidratación.
El salmista comparó la sed física con la espiritual: «Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía» (Salmo 42:1). Su sed se refería a un anhelo desesperado del Señor, el único Dios vivo (v. 2).
¿Anhelas algo que este mundo no puede proveer? Esa insatisfacción es la sed que el alma tiene de Dios. Corre hacia Aquel que es el único que puede apagar esa sed. «Porque [Dios] sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta» (Salmo 107:9).
Sólo Jesús, el Agua viva, puede satisfacer la sed del alma.

domingo, 26 de junio de 2011

Culpable de abundancia

26 Junio 2011

Culpable de abundancia

Anne Cetas
LEA: 1 Timoteo 1:12-17
La gracia de nuestro Señor fue más abundante. —1 Timoteo 1:14
Biblia en un año:
Job 5–7
Hechos 8:1-25
Un hombre rellenaba una solicitud de empleo, cuando llegó a la pregunta: «¿Alguna vez fue arrestado?». Él escribió: «No». La pregunta siguiente, para que contestaran los que había respondido que sí, era: «¿Por qué?». De todos modos, el postulante la contestó escribiendo: «Porque nunca me atraparon». Sin duda, ¡él sabía que era culpable de muchas cosas!
Así le sucedió al apóstol Pablo. Él sabía que había hecho mal y que había pecado contra Dios. Escribió: «Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador» (1 Timoteo 1:13). Incluso se autodenominó «el primero» de los pecadores (v. 15).
En un tiempo, nosotros también estábamos separados del Señor por causa de nuestro pecado y éramos considerados Sus enemigos (Romanos 5:10; Colosenses 1:21). Pero, cuando confesamos nuestro pecado y reconocimos que necesitábamos ser perdonados, Él nos limpió y nos hizo personas nuevas.
Los que conocemos al Señor desde hace muchos años podemos tender a olvidarnos de dónde fuimos rescatados y cuánto se nos ha perdonado. Mencionar nuestros fracasos pasados y presentes, y alabar a Dios por Su perdón nos ayudará a no actuar como «santurrones» cuando hablamos con personas que todavía no conocen a Cristo como Salvador.
La verdad es que todos hemos sido culpables de muchas cosas, y Dios merece la gloria por Su misericordia hacia nosotros.
Gracia significa dar todo a quienes no merecen nada.

sábado, 25 de junio de 2011

Recalculando

25 Junio 2011

Recalculando

David C. McCasland
LEA: 2 Timoteo 3:10-17
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. —2 Timoteo 3:16
Biblia en un año:
Job 3–4
Hechos 7:44-60
En un viaje por carretera con un amigo, todos los días usamos su dispositivo de navegación GPS como guía mientras conducíamos. Después de colocar el destino en la pantalla, una voz nos decía qué camino seguir y también cuándo y dónde debíamos girar. En ocasiones, al salirnos accidental o deliberadamente de la ruta, la voz decía: «Recalculando…». Después, nos indicaba cómo volver al camino correcto.
Segunda Timoteo 3:16 describe la Biblia como si fuera un sistema de navegación espiritual para nuestra travesía de la vida: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia». Enseñar nos dice qué camino seguir; redargüir nos indica cuándo nos salimos de la ruta; corregir nos señala cómo volver al sendero correcto; instruir en justicia nos especifica cómo permanecer en la senda de Dios.
Los errores y las elecciones que nos desvían del Señor no deben tomarse con liviandad. Pero el fracaso raras veces es fatal y pocas decisiones son definitivas. En el preciso instante en que giramos hacia donde nosotros queremos, el Espíritu Santo actúa «recalculando» y nos insta a volver al camino del Padre.
Si nos hemos deslizado y perdido el curso, este es el mejor momento para prestar atención a la voz de Dios y regresar a su camino.
Para mantener el curso, confía en la brújula de la Palabra de Dios.

martes, 31 de mayo de 2011

31 Mayo 2011

Mala elección

Dave Branon
LEA: Apocalipsis 20:11-15
Muchos de los que duermen en el polvo […] serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. —Daniel 12:2
El presentador de televisión Larry King le preguntó a una estrella del espectáculo, ya anciano, sobre el cielo. Como prólogo, se refirió a una frase que le había dicho Billy Graham, que «él sabía qué estaba por delante: el paraíso; que iba a ir al cielo».
Entonces, el conductor preguntó a su invitado: «¿Usted qué cree?». Este respondió: «Yo quiero mucha actividad. El cielo me suena demasiado tranquilo. En el infierno hay mucho para hacer».
Lamentablemente, este hombre no es el único que piensa que una vida en el reino de Satanás es un destino ideal. He oído personas que dicen que prefieren ir al infierno porque todos sus amigos están ahí. Alguien escribió: «Si el infierno fuera real, no creo que fuera malo. Habría muchas personas interesantes».
¿Cómo podemos convencer a la gente sumida en este engaño de que debemos evitar el infierno y sus horrores? Quizá contándoles sobre las realidades de ese lugar, que se presentan en las Escrituras. En Daniel 12:2, se lo describe como un sitio de «vergüenza y confusión perpetua»; Lucas 16:23 habla de «tormentos»; Mateo 8:12 menciona «el lloro y el crujir de dientes»; y Apocalipsis 14:11 dice que los que están allí «no tienen reposo».
La verdad bíblica objeta que alguien piense que el infierno pueda ser un buen lugar para estar. Sin duda, rechazar a Jesús y enfrentar una eternidad en el reino de Satanás es una mala elección.
El mismo Cristo que habla de las glorias del cielo describe los horrores del infierno.

sábado, 28 de mayo de 2011

28 Mayo 2011

El tiempo en Sus manos

Dave Branon
LEA: Salmo 31:1-16
Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos. —Salmo 31:14-15
En un mensaje a los graduados 2002 de la Universidad de Cedarville, el Dr. Paul Dixon los alentó con estas palabras: «Sus tiempos están en las manos de Dios». Nuestra familia escuchó y pensó que era apropiado para los graduados, entre los cuales estaba nuestra hija Julie.
Ni nos imaginábamos que, cinco días después, nuestra Melissa, de 17 años, iría al cielo tras un accidente automovilístico… ni que ese pensamiento del Salmo 31:15 cobraría un nuevo significado para nosotros.
Con los años, hemos comprendido con dolor que, en Sus caminos misteriosos, Dios ha determinado que la vida de algunos creyentes sea corta. Me viene a la mente una jovencita cristiana, de esas que les sonríen a todos, a quien le dolía un dedo y que, una semana después, moría de una infección aguda. O la muchacha creyente que murió mientras jugaba al sóftbol, cuando una pelota le golpeó el cuello. O ese joven que amaba a Jesús y al que le encantaba pescar, y que murió al ser atropellado por un coche mientras volvía a su casa en bicicleta desde el lugar de pesca. Melissa, Heather, Maggie y Thomas. Durante sus cortas vidas, desarrollaron un legado de fe en Jesús y de amor a los demás. Ellos estaban preparados cuando les llegó el tiempo del Señor.
«Yo en ti confío», dijo el salmista, al reconocer que su vida estaba sólo en manos de Dios (vv. 14-15). ¿Confías en Él para todo lo que pueda sucederte en el futuro?
Nuestros tiempos están en las manos de Dios; nuestras almas bajo Su cuidado.

viernes, 27 de mayo de 2011

El «rutero» del piloto

27 Mayo 2011

El «rutero» del piloto

Dennis Fisher
LEA: Salmo 119:129-136
Ordena mis pasos con tu palabra… —Salmo 119:133
En los siglos xv y xvi, durante la era de la gran exploración marítima, los veleros atravesaban océanos inmensos y peligrosos y navegaban frente a costas amenazadoras. Los pilotos usaban diversas técnicas de navegación; entre ellas, un libro llamado «rutero» (una especie de bitácora), un diario de sucesos registrados por un viajero anterior, donde relataba los problemas en aguas previamente desconocidas y difíciles. Leyendo los detalles en un rutero, los capitanes podían evitar peligros y atravesar corrientes complicadas.
En muchos aspectos, la vida cristiana es como un viaje, y el creyente necesita ayuda para navegar por los mares peligrosos de la vida. Disponemos de esta ayuda porque Dios nos dio Su Palabra, que actúa como un «rutero espiritual». A menudo, al reflexionar sobre un pasaje significativo, recordamos la fidelidad del Señor en medio de circunstancias difíciles. Como señala el salmista, los peligros no solo se hallan en las experiencias de la vida, sino también en nuestra tendencia interior al pecado. Ante esta doble preocupación, escribió: «Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí» (119:133).
Cuando reflexiones sobre las enseñanzas bíblicas, recordarás el cuidado de Dios en el pasado, reafirmarás tu experiencia de la guía del Señor en circunstancias adversas y se te advertirá de la peligrosidad del pecado. Esta es la ventaja de tener un «rutero espiritual»
Con la Palabra de Dios como mapa y Su Espíritu como brújula, estás seguro de mantener el curso correcto.

lunes, 7 de marzo de 2011

Ayudantes de Dios


7 Marzo 2011

 Anne Cetas

LEA: Salmo 103:19-22

Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles. —Salmo 103:20
Estaba conversando con algunos niños acerca de Dios y de superhéroes, cuando Tobías hizo una pregunta. Este niño de cinco años de edad, muy imaginativo, dijo para cualquiera que escuchase: «¿Dios tiene un ayudante como tenía Hércules?». Su hermano mayor, de siete años y más sabio, de inmediato respondió: «Sí, tiene miles. Son Sus ángeles».
Los ángeles son un tema popular de debate y la gente cree una gran cantidad de mitos en cuanto a ellos. Por ejemplo: algunas personas oran a los ángeles porque piensan que se encuentran al mismo nivel de Dios. Otros creen que, al morir, las personas se convierten en ángeles. Pero aquí está lo que la Biblia, nuestra autoridad, enseña:
• Dios creó a los ángeles (Colosenses 1:15-17).
• Los ángeles adoran a Dios (Nehemías 9:6) y se los conoce mediante estos términos: arcángeles (Judas 1:9), querubines (2 Reyes 19:15) y serafines (Isaías 6:1-3).
• Sirven al pueblo de Dios (Hebreos 1:13-14) guardándolo y protegiéndolo (Salmo 91:9-12).
• Dios les asigna tareas especiales (Mateo 1:20; Lucas 1:26).
• Los ángeles de Dios se regocijan cuando nos arrepentimos y acudimos a Cristo para ser salvos (Lucas 15:7,10).
Sólo Dios merece nuestra adoración. Por tanto, ¡unámonos a los ángeles para cantar alabanzas a Él!
Los ángeles son los ayudantes especiales de Dios.

domingo, 6 de marzo de 2011

Se pueden tener raíces y alas

La película “Sweet Home Alabama” narra la historia de una mujer que tiene que decidir entre vivir en Nueva York, con todo lo que eso significa para su éxito comercial y empresarial; o volver a su pueblo y disfrutar de la vida en el campo.
En medio de esa disyuntiva en la que también tiene mucho que ver su propia vida sentimental, la protagonista (la actriz René Wirespoon) dice “Se pueden tener raíces y también alas”.
No sé si alguna vez lo has pensado, Dios hizo para nosotros un jardín, El lo plantó. Esa era su idea original, que el hombre pudiera disfrutar y ser señor de la naturaleza, que viviese admirando el regalo de Dios.
Caín, cuando probó el castigo de su propio pecado, construyó una ciudad. Se encerró. Olvidó la naturaleza, olvidó la relación personal con Dios y quiso vivir a su manera, alejado de la belleza. Limitado por cuatro paredes.
Nos ocurre a todos, cuanto más vivimos apegados a la naturaleza, más cerca nos sentimos de Dios, de lo que él ha hecho.
Cuanto más tiempo pasamos entre cuatro paredes, más nos creemos únicos y arrogantes. La ciudad nos arrastra, nos cerca, nos limita, quita nuestra libertad, nos llena de prisas y enojos…. Nos obliga a enfrentarnos con todos, nos aleja de Dios por sí misma, porque olvida lo cerca que tenemos a Dios cuando vivimos disfrutando de su creación.
Esa es una de las razones por las que las sociedades que viven más cerca del campo, están al mismo tiempo más cerca de Dios, y las sociedades más avanzadas, las ciudades que crecen, se alejan más del Creador.
No quiere decir que todos tengamos que vivir en el campo, pero de alguna manera nuestro propio organismo nos enseña que lo natural es lo que va con nosotros mismos, que cuando estamos cerca de la creación disfrutamos más. Que nos sentimos bien cuando podemos ver la naturaleza, el mar, un paisaje nevado, un río, un lago, los árboles y las estrellas.
Que de alguna manera que no podemos comprender, sentimos que estamos hechos para disfrutar de todas las cosas que Dios nos ha dado, mientras pasamos nuestro tiempo agobiándonos y sintiéndonos mal en las ciudades que nosotros mismos hemos construido con nuestras manos.
La propia naturaleza lo sabe también, y de una manera que no podemos entender y mucho menos explicar, la Biblia dice que todo lo que nos rodea espera el momento en el que nosotros vivamos felices y dejemos nuestro odio y nuestra rebeldía. Que los árboles aplauden cuando hacemos las cosas bien hechas, que los montes y los ríos disfrutan con nuestra alegría, que saben que somos los mayordomos de la creación y que nosotros mismos nos sentimos más felices cuando sabemos cuidar todo lo que Dios nos ha regalado.
Jaime Fernández es escritor, músico y director del programa «Nacer de Novo» (TVG)

sábado, 5 de marzo de 2011

Información correcta

5 Marzo 201

Bill Crowder

LEA: 1 Tesalonicenses 4:13-18
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, […] como los otros que no tienen esperanza. 

Biblia en un año:
Hacía quince minutos que el avión había despegado cuando el piloto anunció que la aeronave tenía un problema serio y que la tripulación estaba tratando de analizar qué era. Poco tiempo después, anunció que había una vibración y que tendríamos que regresar al aeropuerto. Luego, las azafatas dieron una serie de explicaciones detalladas para aclarar lo que pasaba y lo que sucedería en cuanto aterrizáramos. En una situación que podría haber sido aterrorizante, los temores de los pasajeros fueron apaciguados porque se les dio la información correcta.
En el siglo i, un grupo de creyentes de Tesalónica temía que sus seres queridos, que eran creyentes y que habían muerto, se hubieran ido para siempre y se perdieran la segunda venida de Cristo. Por esa razón, Pablo escribió: «Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza» (1 Tesalonicenses 4:13). Las palabras de consuelo del apóstol tenían el propósito de calmar sus miedos al darles la información correcta, que marcó completamente la diferencia. Aunque estaban entristecidos por la pérdida, aún podían tener esperanza de volver a reunirse en el futuro con aquellos que habían creído en Cristo.
Cuando perdemos a alguien, nosotros también podemos hallar consuelo y esperanza porque la Biblia nos ha dado la información correcta.
La muerte no es un punto final, sino sólo una coma.

jueves, 17 de febrero de 2011

Lavadero de coches

17 Febrero 2011
LEA: Isaías 43:1-13
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo. —Isaías 43:2
Biblia en un año:
Levítico 21–22
Mateo 28
 
Jamás olvidaré mi primera experiencia en un lavadero automático de automóviles. Mientras me acercaba con temor, como si fuera al dentista, puse el dinero en la ranura, nerviosamente revisé las ventanillas una y otra vez, moví el coche con cuidado hasta la línea, y esperé. Fuerzas más allá de mi control comenzaron a mover el auto, como si estuviera sobre una cinta transportadora. Ahí estaba yo, encajonada en el vehículo, cuando un atronador chorro de agua, jabón y cepillos comenzaron a salir de todos lados. ¿Qué pasaría si quedo atrapada aquí o el agua entra de golpe?, pensé de modo irracional. De repente, el agua se detuvo. Después de un secado de aire a presión, el coche fue nuevamente impulsado, limpio y brillante, hacia el mundo exterior.
En medio de todo eso, recordé épocas tormentosas en mi vida en que parecía estar en una cinta transportadora, víctima de fuerzas más allá de mi control. Ahora las llamo: «Experiencias de lavadero de coche». Me acordé de que, al atravesar aguas profundas, mi Redentor había estado siempre conmigo, protegiéndome de la marea creciente (Isaías 43:2). Cuando salía por el otro lado, lo cual siempre sucedió, podía decir con gozo y confianza: «¡Dios es fiel!»
¿Estás en medio de una experiencia de lavadero de coche? Confía en que el Señor te llevará hasta el otro lado. Entonces, serás un testimonio resplandeciente de Su poder protector.
Un túnel de prueba puede generar un testimonio brillante.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Detectar toxinas

16 Febrero 2011

Marvin Williams

LEA: Gálatas 1:3-10
Hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. —Gálatas 1:7
Las ciudades de San Francisco y Nueva York usan peces de agallas azules para verificar la presencia de toxinas en el suministro de agua, ya que este podría ser el blanco de un ataque terrorista. Colocan una pequeña cantidad de estos peces en un tanque, en el fondo de algunas plantas potabilizadoras, porque son sensibles a los desequilibrios químicos del medio ambiente. Cuando hay una alteración en el agua, los peces reaccionan y contraatacan.
Tal como estos peces de agallas azules, Pablo quería que los gálatas se cuidaran de cualquier alteración tóxica en el «evangelio verdadero» que se estaba predicando y que reaccionaran contra ello. La toxina se refería al falso principio de que Dios aceptaba a las personas y las consideraba justas en base a la obediencia a una serie de reglamentos (en especial, la circuncisión y las leyes alimenticias). En resumen, aparte de la fe en Jesús, era necesario obedecer la ley. Esta falsa doctrina era una alteración tóxica de la verdad, y a los gálatas se les dijo que reaccionaran enérgicamente en contra de eso. Pablo dijo que cualquiera que predicara un evangelio que no se basara en la gracia por medio de la fe en Cristo sería anatema (maldito) (Gálatas 1:8-9).
Estudiemos fielmente las Escrituras para poder detectar las toxinas de la enseñanza falsa y proclamar la verdad de la maravillosa salvación que Dios da por medio de la fe en Jesús.
Si conoces la verdad, puedes reconocer lo falso.

martes, 15 de febrero de 2011

Definición de fracaso

15 Febrero 2011

Dennis Fisher


LEA: Hebreos 11:24-34
Que por fe […] sacaron fuerzas de debilidad. —Hebreos 11:33-34
Durante la Gran Depresión, muchas personas en los Estados Unidos vivían en barrios con viviendas hechas de chapa, lonas y mantas. Estas casas decrépitas, conocidas como Hoovervilles [villas de Hoover], albergaban a los que habían sido desalojados de sus hogares. Muchos culparon al presidente Herbert Hoover por la tragedia económica.
Irónicamente, la supuesta ineficiencia de Hoover como líder contrastaba por completo con su historial previo. Antes de esto, su experiencia en ingeniería geológica dio lugar a exitosos proyectos mineros en Australia y China. También encabezó con eficacia emprendimientos humanitarios. Pero, cuando el mercado de valores se desmoronó, en octubre de 1929, el presidente Hoover atravesaba circunstancias más allá de su control. De todos modos, siempre se lo vincularía con la depresión económica de la década de 1930.
Ahora bien, un fiasco importante no significa que toda la vida de una persona sea un fracaso. ¿Qué sucedería si sólo recordáramos a Abraham como mentiroso (Génesis 12:10-20), a Moisés desobedeciendo a Dios (Números 20:1-13) o a David como asesino (2 Samuel 11)? A pesar de sus pecados, estos hombres son recordados por su fe perseverante: «Que por fe […] sacaron fuerzas de debilidad» (Hebreos 11:33-34).
Nuestra vida no es un fracaso si nos hemos arrepentido de nuestros pecados. Dios aún puede utilizarnos en Su obra.
El éxito suele surgir de las cenizas del fracaso.

lunes, 14 de febrero de 2011

Hacer amigos

14 Febrero 2011

David C. McCasland


LEA: Juan 15:9-17
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. —Juan 15:14
La página web de la red social Facebook se lanzó en 2004 como un medio para que los estudiantes de nivel terciario se comunicaran unos con otros por Internet. Ahora está disponible para personas de todas las edades, y, actualmente, se estima que tiene unos 400 millones de usuarios. Cada uno de ellos posee una página exclusiva con fotos y detalles personales, que pueden ser vistos por «amigos». Hacerse «amigo» de una persona significa abrirle la puerta para comunicarse y brindar información acerca de quién eres, adónde vas y qué haces. Las amistades en Facebook pueden ser ocasionales o profundas, pero todas ellas son «solo por invitación».
Justo antes de que Jesús fuera crucificado, dijo a Sus discípulos: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer» (Juan 15:14-15).
La generosidad, la unidad de propósito y la confianza plena son distintivos de una amistad verdadera; especialmente, en nuestra relación con el Señor. Jesús tomó la iniciativa al dar Su vida por nosotros e invitarnos a conocerlo y a seguirlo.
¿Hemos aceptado la invitación del Señor Jesús para ser Sus amigos al abrir nuestro corazón sin guardarnos nada?
Jesús anhela ser nuestro amigo.

jueves, 10 de febrero de 2011

Rico para Dios

10 Febrero 2011

David H. Roper

LEA: Lucas 12:13-21
Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. —Lucas 12:34
Observo las fluctuaciones del mercado de valores y reflexiono acerca de los efectos del miedo y de la codicia. Un personaje de una película de los años 80 tenía esta filosofía: «La codicia, a falta de una palabra mejor, es buena. ¡La codicia está bien! ¡La codicia funciona! […] ¡La codicia salva[rá …] a nuestro país!» ¡Qué concepto tan equivocado!
Pienso en aquella ocasión en que un hombre le pidió a Jesús que ejerciera de juez e hiciera que su hermano compartiera con él su herencia. El Señor rechazó su pedido, pero luego hizo por ese hombre algo mucho mejor. Señaló el motivo que estaba detrás de lo que pedía y las consecuencias que produciría: «Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15).
Después relató la parábola sobre un hombre que había logrado una cosecha extraordinaria y que comenzó a planificar cómo incrementar sus riquezas y disfrutar de ellas. Concluyó, diciendo: «Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios» (vv. 20-21).
El problema con la codicia es que, a la larga, nuestros bienes se van. Pero lo que es aun peor… nosotros también nos vamos. Es mejor almacenar tesoros en el cielo, invertir en riquezas espirituales y hacernos «ricos para con Dios».
Nuestra verdadera riqueza es lo que invertimos para la eternidad.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Incidentes divinos

9 Febrero 2011

Incidentes divinos

Philip Yancey
LEA: Hebreos 11:1-10
… sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. —Filipenses 4:6
En el curso normal de la providencia, Dios obra en y a través de la naturaleza, no a pesar de ella. Por esta razón, es difícil comprobar con certeza algunas respuestas de oración.
«Sólo la fe certifica la conexión», escribe C. S. Lewis. «Ninguna prueba empírica podría establecerla». Creemos que una oración ha sido contestada porque tenemos fe, no porque hayamos aplicado algún criterio científico para demostrarlo.
La mayoría de las formas en que nos encontramos con Dios (la naturaleza, la Biblia, la Santa Cena, la iglesia, otras personas, etc.) incluyen cosas que podemos palpar. Sin embargo, la condición divina corresponde al reino espiritual. La oración refleja esta diferencia entre nosotros.
Aunque le pidamos al Señor que intervenga directamente, no debería sorprendernos si lo hace de un modo más sutil y vinculado a nuestras decisiones. Un alcohólico ora, diciendo: «Señor, ayúdame a no beber hoy». Es probable que la respuesta a esta oración se genere en el interior de la persona, producto de una decisión firme o de un profundo pedido de ayuda a un amigo, más que como resultado de algún milagro, como podría ser que las botellas de licor desaparecieran mágicamente de un armario.
Sea que Dios intervenga de manera sobrenatural o que nos dé el poder para obedecerle, nosotros confiamos en Su carácter. Vemos una verdadera asociación, íntima y entrelazada.
Un punto importante de la oración es estar dispuesto a ser parte de la respuesta.

martes, 8 de febrero de 2011

Elogio de la lentitud

8 Febrero 2011

Elogio de la lentitud

Julie Ackerman Link
LEA: 2 Pedro 3:1-9
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza. —2 Pedro 3:9

Si hubiera un concurso para determinar cuál es la virtud más popular, sospecho que «rápido» derrotaría a «mejor». Muchas partes del mundo parecen estar obsesionadas con la velocidad. Sin embargo, la locura de lo «rápido» nos está conduciendo rápidamente a ninguna parte.
«Ha llegado la hora de poner un freno a nuestra obsesión de hacer todo con más rapidez», dice Carl Honoré en su libro Elogio de la lentitud. «La velocidad no es siempre la mejor política».
Según la Biblia, tiene razón. Pedro advirtió que, en los últimos días, la gente dudaría de Dios porque parece lento («retarda») en cumplir Su promesa de regresar. No obstante, también señaló que Su aparente lentitud es algo bueno. En realidad, el Señor está demostrando Su paciencia al dar más tiempo para que la gente se arrepienta (2 Pedro 3:9), y también al ser coherente con Su carácter, que es paciente o tardo para la ira (Éxodo 34:6).
Nosotros también debemos ser lentos para enojarnos y para hablar (Santiago 1:19). Según Santiago, la «prontitud» está reservada para nuestros oídos. Se supone que debemos ser rápidos para escuchar. Piensa cuántos problemas podríamos evitarnos si aprendiéramos a escuchar (escuchar en serio, no sólo parar de hablar) antes de decir algo.
En nuestro apuro por alcanzar las metas y cumplir con los plazos, acordémonos de acelerar los oídos y desacelerar el carácter y la lengua.
Cuando estés a punto de perder la paciencia con alguien, recuerda lo paciente que ha sido Dios contigo.

domingo, 6 de febrero de 2011

Distraído

7 Febrero 2011

Distraído

Dave Branon
LEA: Lucas 10:38-41
Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres. —Lucas 10:40

La universidad donde enseño como profesor adjunto provee computadoras portátiles a los alumnos. Aunque esto puede generar muchas ventajas para los estudiantes, he descubierto una forma en que obstaculiza su aprendizaje: estos ordenadores portátiles pueden convertirse en una distracción durante la clase.
Como ellos toman notas en dichas máquinas, las tienen abiertas sobre sus pupitres durante la lección. El problema es que les resulta más interesante escribir a los amigos, visitar Facebook o buscar cosas en Internet que mis clases.
Una computadora portátil pierde efectividad en un entorno de aprendizaje si se convierte en una distracción, aun cuando lo que hagan los alumnos sea algo positivo.
Las cosas buenas pueden hacer lo mismo. Cosas que son positivas pueden distraer nuestra atención de aquello en lo que deberíamos estar concentrados. A Marta le sucedió algo así. Lucas 10:40 dice que ella «se preocupaba con muchos quehaceres», lo cual impedía que pasara tiempo con Jesús. Asimismo, un buen pasatiempo puede ser valioso, pero si te distrae y te aleja de tus responsabilidades familiares o de tu relación con Dios, es necesario modificar algunas cosas.
¿Hay aspectos buenos de la vida que te están distrayendo de lo que deberían ser tus prioridades principales? Regresa, como Jesús le dijo a Marta, a esa única cosa que «es necesaria».
Fuimos creados para glorificar a Dios.